Consejos para evitar el deslumbramiento en carretera

Durante la noche, la luz incide directamente o se refleja en nuestros ojos y eso nos provoca una ceguera momentánea, que puede llegar a ser muy peligrosa. (Welcomia / Getty)

Conducir durante la noche, aunque se nos vuelva algo rutinario, amerita que lo hagamos con los cinco sentidos a plenitud, pues hacerlo, aunque no queramos reconocerlo, dificulta en mayor o en menor medida nuestra experiencia al volante y pone a prueba nuestras capacidades conductivas, dependiendo de las variantes climáticas, como la lluvia y la neblina.

Las condiciones meteorológicas adversas requieren de una gran previsión, concentración y consciencia en la carretera. Debemos tener claro qué podemos hacer y qué no, y hasta qué punto vale la pena arriesgarnos.

En otros artículos, hemos escrito sobre cómo conducir con lluvia y sobre consejos preventivos al respecto; pero ahora queremos hacer énfasis en uno de los grandes problemas que supone conducir de noche, los deslumbramientos.

El 90 % de la información que necesitamos al conducir la recibimos a través de la vista (Seat)

 

El 90 % de la información que necesitamos al conducir la recibimos a través de la visión. Por eso, la atención que ponemos en la carretera es vital para evitar cualquier situación de riesgo.

Sin embargo, hay ocasiones en las que el contraste lumínico que recibimos reduce nuestra capacidad visual y hace que conduzcamos a ciegas durante unos segundos, lo que puede llegar a ser muy peligroso. No obstante, hay situaciones o lugares más susceptibles para que eso ocurra.

Al manejar en la noche, nuestra visibilidad se reduce hasta en un 20 %, produciendo alteraciones en la percepción de las distancias y en el campo de visión que alcanzamos.

Si la situación ya es suficientemente complicada, no estará de más que intentemos no deslumbrar con los faros del auto a los otros usuarios de la vía. A todos nos ha pasado alguna vez, y sabemos lo incómodo y peligroso que puede llegar a ser.

El deslumbramiento se origina cuando en el campo visual aparece una fuente luminosa de brillantez superior a la de la iluminación general. Este efecto produce una contracción máxima de la pupila y molestias visuales transitorias como lagrimeo, frecuente parpadeo y pérdida momentánea de la vista o ‘agujero negro’, en especial si los ojos están adaptados a la oscuridad, apunta la DGT.

Es importante utilizar correctamente las luces del auto, tanto para iluminar la carretera como para ser vistos, así también para evitar incomodar a los otros conductores (Seat)

 

La luz que percibimos de los vehículos que vienen en sentido contrario incide directamente o se refleja en nuestros ojos y eso nos provoca una ceguera momentánea, que torna a ese momento en crucial durante nuestra conducción.

De hecho, según un estudio de la Universidad de Michigan (EE.UU.) que recogen algunas agencias de tránsito, “Se necesitan 3,6 segundos para recuperar por completo la visión tras ser deslumbrado por una luz de cruce, tiempo que se extiende hasta los 5 segundos cuando lo que nos deslumbra es una luz de carretera”.

Si traducimos estos segundos en distancias, vemos que, si estamos circulando a una velocidad de 120 km/h (excesiva), durante este espacio de tiempo recorreremos 165 metros sin ver correctamente, algo que puede resultar bastante peligroso y hasta mortal.

Algunas agencias de tránsito recogen una serie de consejos con los que te asegurarás de tener el sistema de iluminación de tu auto en buenas condiciones y así evitar posibles deslumbramientos y, en consecuencia, accidentes. Entre otras, estas:

Revisión

Para empezar, es esencial acudir al menos una vez al año a tu taller de confianza para que revisen el reglaje de los faros y hagan un mantenimiento del sistema de iluminación.

Es esencial acudir al menos una vez al año a tu taller de confianza para que revisen el reglaje y hagan un mantenimiento del sistema de iluminación (iStockphoto)

 

En este sentido, es importante que los faros estén colocados y direccionados correctamente (ángulos/altura), para así no deslumbrar a los otros usuarios de las vías.

Retrovisores

Uno de los grandes adversarios de los conductores son los llamados ángulos muertos o puntos ciegos. Se trata de aquellos “huecos” visuales en los que podemos perder la referencia de un vehículo que viene por detrás o por otro carril.

La existencia de los retrovisores no suele resolver este problema, pese a que ahora se venden algunos modelos de autos con sensores que ayudan a detectar la presencia de vehículos en estos puntos ciegos o de baja percepción.

Para ello, debemos ser precavidos y cerciorarnos de que estén correctamente alineadas las luminarias de nuestro vehículo, para que hagan su función y además, evitemos que otros vehículos nos deslumbren. Asimismo, no te olvides de regular la posición nocturna del retrovisor interior. 

Cambio de faros

Las lámparas del coche deben cambiarse, y se debe hacer por pares, no de forma individual, para evitar que una proyecte más luz que la otra y podamos ver perfectamente.

El deslumbramiento se origina cuando en el campo visual aparece una fuente luminosa de brillantez superior a la de la iluminación general (Fertographer / Getty)

 

Limpiar faros

Con el paso del tiempo, los faros se desgastan y pueden llegar a perder hasta un 40% de su eficacia. Por eso, es importante que hagas una correcta limpieza de estos componentes, ya sea en casa con un producto especializado en limpiar faros o bien acudiendo al taller autorizado o de tu confianza.

Lunas

Un buen mantenimiento y limpieza de los cristales nos ayudará a mejorar la visibilidad y a evitar reflejos. Las empresas especializadas recomiendan revisar periódicamente las lunas de tu auto. Y no solo por la visibilidad, sino porque el parabrisas aporta resistencia estructural al automóvil y es el apoyo sobre el que se despliega el airbag del acompañante en caso de impacto.

Un parabrisas que ha sufrido un impacto pierde muchas de sus cualidades de resistencia por lo que podría ceder y no soportar el techo del vehículo en caso de vuelco; o romperse al recibir la fuerza del airbag del acompañante, que se despliega apoyándose contra éste.

Un buen mantenimiento y limpieza de los cristales nos ayudará a mejorar la visibilidad y a evitar reflejos u obstrucciones visuales indeseadas (Mibseo / Getty)

 

Uso de las luces

Los faros tienen el objetivo de alumbrar el camino y también de avisar a los demás de nuestra presencia, así como de nuestras intenciones, ya sea girar, frenar, detenerse, cambiar de carril, rebasar, etc. Pero para que tus señales lumínicas sean efectivas y claras, debes saber utilizarlas correcta y oportunamente.

Las luces de cruce, o luces cortas, siempre deben encenderse durante la noche, en todas las vías, o durante el día en situaciones de poca visibilidad, como cuando se pasa por un túnel o hace mal tiempo. Asimismo, se deben emplear si se circula por un carril reversible.

Los faros tienen el objetivo de alumbrar el camino y también de avisar a los demás de nuestra presencia y de nuestras intenciones (Seat)

 

Las luces largas o de carretera, se usan solo durante noche, siempre y cuando no haya suficiente iluminación y siempre que no vengan vehículos en dirección contraria a la tuya.

La normativa internacional indica que debemos utilizar este alumbrado cuando no se pueda leer la matrícula de un vehículo situado a 10 metros o cuando no distingamos un auto de color oscuro a 50 metros.

No deben utilizarse en poblado, ni tampoco en autovías y autopistas cuando haya vehículos que vienen de frente. Entonces es importante cambiar a la luz de cruce si puedes llegar a deslumbrar a otros usuarios, ya sean conductores, ciclistas o peatones, tanto de frente o por los retrovisores.

Por su parte, las luces antiniebla, que equipan cada vez más autos, sólo se deben encender en una situación de poca visibilidad, con lluvia o niebla muy intensas.

Es un error activar las traseras cuando llueve ligeramente (de equiparse), y un mal uso puede provocar deslumbramientos a otros conductores. En caso de disponer de antiniebla delanteras, se podrán activar en casos de poca visibilidad, como pueden ser bajo lluvia intensa o muy intensa, con niebla, granizo, nieve o nubes de polvo o humo. También en carreteras estrechas y con muchas curvas.

Las luces de marcha atrás se encienden directamente al engranar la marcha (Seat)

 

Las luces de posición, como su nombre indica, señalan la posición y anchura del vehículo (las llamadas guías delanteras y las rojas posteriores). Este alumbrado acompaña siempre a las luces cortas, largas y antiniebla. Si necesitas inmovilizar tu vehículo en el arcén o la calzada debes encender las luces de posición y las de emergencia (intermitentes).

Las luces de marcha atrás se encienden directamente al engranar el “retro”. Resultan muy útiles para advertir al resto de usuarios de nuestra intención de retroceder, sobre todo cuando hacemos maniobras, como la de parquear, así como también iluminan nuestra maniobra de retroceso durante la noche.

Otra luz importante del vehículo es la interior, las que iluminan el habitáculo. Es recomendable usarlas de forma puntual y estrictamente el tiempo imprescindible para centrar nuestra atención en la carretera, porque además, al estar encendidas merman nuestra visibilidad hacia el exterior.

Es recomendable usar las luces de salón de forma puntual y estrictamente el tiempo imprescindible, para poder centrar nuestra atención en la carretera (Seat)

 

Además, es básico que también adaptes todas estas luces a las condiciones del entorno y así no deslumbres al resto de conductores.

Descansar

Siempre que conduces debes ir descansado, sobre todo cuando realices viajes largos o de noche. En el segundo caso, deberás hacer paradas más frecuentes para reposar la vista y evitar la fatiga visual inherente a este tipo de conducción. (L.V.-Motor/AM)

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