La pandemia incentivó a los ciclistas y disparó el uso de la bicicleta
Primero la ausencia de transporte público por las medidas de seguridad sanitaria, y luego su poca afluencia conforma avanza la semaforización, junto al miedo de contagiarse de las personas al encontrarse congregadas en espacios reducidos, las restrictivas normas de circulación para vehículos particulares y la consecuente crisis económica que afecta a los hogares ecuatorianos, son algunos de los factores que han llevado a que la bicicleta se convierta en una buena y creciente opción de movilización.
Quito es una de las ciudades en Ecuador que se ha unido al uso prioritario de las bicicletas con el apoyo de las autoridades locales, por lo que ya lleva cerca de dos meses con la implementación de un plan de ciclovías de aproximadamente 70 kilómetros, basado en un análisis sobre otras ciudades donde estas ciclorutas son parte de la infraestructura vial y cimentan el desarrollo de esta buena alternativa de transporte.
Últimamente se ha vuelto más común ver a un mayor número de personas montando bicicleta en nuestras urbes, circulando por rutas preexistentes y por otras nuevas y emergentes. En la capital, uno de los ejes principales es el del Ciclopaseo Dominical, que conecta al norte con el sur, con un recorrido de 30 km. Esta ruta recreativa, la más conocida y popular de la ciudad, fue recientemente reactivada para su uso original de los días domingos.
Por otro lado, si bien los ciclistas urbanos de entre semana improvisan sus recorridos por las calles, hay también varias rutas transversales señalizadas, con cerca de 23 km. de extensión, que afianzan sus «cicleadas» y que recorren vías principales como las avenidas El Inca, Naciones Unidas, Río Coca y Eloy Alfaro.
Su habilitación y presencia, si bien todavía es poca en relación al tamaño de Quito, consolida en buena medida la movilidad sostenible de los ciclistas, más aún en las actuales y difíciles circunstancias.
Sin embargo, la cultura ciclística va algo tarde en la región y sobre todo en el país, pues, por ejemplo, Europa es reconocida por su amplio manejo de la movilidad en bicicleta; países más países menos pero todos consolidan su uso como una importante alternativa individual de circulación masiva, sustentable y saludable.
Tanto así que, se espera que este año se concrete la implementación de una de las rutas ciclísticas más extensas del mundo, pues llegará a cubrir 70.000 kilómetros, uniendo 15 ciclovías que atraviesan un total de 43 países.
De acuerdo a la Federación Europea de Ciclistas, ECF, por sus siglas en ingles, se estima que se den alrededor de 70 millones de viajes a través de esta gran ruta por año.
De acuerdo a un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en nuestra región, Bogotá es la ciudad que cuenta con más recorrido ciclístico, pues tiene 392 km. de ciclovías y un 5% de la población usa este medio a diario.
Le sigue Río de Janeiro con 307 km., los cuales son usados por un 3% de su población cada día. Finalmente, Sao Paulo es la tercera ciudad latinoamericana con más ciclovías, con un total de 270 km.
Las tres ciudades con más kilómetros en ciclovías de América Latina:
Por Mateo Garcés
Dejando intereses sectoriales, gremiales y sentimentalismos de lado, se debe reconocer objetivamente que, dándole el lugar y soporte que se merece, la bicicleta es una gran opción de transporte masivo diario, más aún en países como Ecuador donde el clima favorece su uso a lo largo de prácticamente todo el año, ante la ausencia de inviernos extremos, como el boreal y austral de otros lares, donde pese a ello se procura ciclear incluso a bajas temperaturas, hasta que la nieve y el hielo realmente lo impiden.
Por todo ello vemos que, bien normado y apoyado con políticas de estado permenentes, el ciclismo urbano bien puede convivir sanamente con el tránsito convencional de automotores y con el transporte público masivo en todas sus formas, pues además, la bicicleta es una herramienta recreativa relativamente barata, y el ciclismo en países donde es difundido incluso mejora las tasas de salud de la población al evitar el sedentarismo y el sobrepeso, entre otras dolencias.
Y del ciclismo como deporte, ni qué discutir, es fundamental por su gran atractivo y popularidad, si no, recordemos las emociones que nos han hecho vivir ecuatorianos como Richard Carapaz, entre otros.
Para esto y como primer gran paso, es importante la implementación masiva de las ciclovías en las urbes, exclusivas y compartidas, y en el área rural, para la cotidianidad y el turismo recreativo y de aventura, respetando el medio ambiente, incentivar su popularidad. Solo así se dará una clara apertura para que más gente opte por el sano ciclismo en todas sus expresiones. (M.G.)