Cuatro fluidos del vehículo que debes revisar antes de salir

En lo que a movilidad terrestre se refiere, es importante recordar que existen revisiones preventivas que deben realizarse para asegurar que los vehículos se encuentran en las condiciones óptimas para trasladar de manera segura a sus ocupantes, sobre todo cuando se planifica realizar un recorrido largo o con condiciones climáticas y/o geográficas complejas.

Se sabe que para asegurar el correcto funcionamiento del auto y evitar daños mayores, es recomendable hacer mantenimientos periódicos al vehículo, y entre los principales aspectos a revisar, están los niveles de los diferentes líquidos o fluidos con los que funciona el auto.

Por ello, nuestro consultado de hoy, Mario Sorrosa, Ingeniero de Lubricación de Mobil™ Ecuador, nos comparte a continuación una guía con los 4 líquidos que deben revisarse antes de iniciar un recorrido:

 

1. Aceite lubricante

El aceite de motor, es uno de los lubricantes más importantes para el buen funcionamiento de un vehículo. Más allá de sustituirlo frecuentemente, siguiendo las referencias de kilometraje indicadas por el fabricante, es recomendable realizar revisiones periódicas para cerciorarse de que el nivel del aceite esté correcto.

Existen diversos motivos o desperfectos mecánicos que pueden hacer que la cantidad del lubricante esté por debajo de lo aconsejado, y esto podría ocasionar graves daños en el motor. Por esto, siempre sugerimos que se realice esta verificación antes de iniciar un recorrido de largas distancias.

Para garantizar que la revisión se ejecute de manera adecuada, es importante acudir a talleres especializados, como los de la red nacional de Mobil™. Allí, capacitados técnicos verificarán que el vehículo esté parqueado en un lugar plano, completamente horizontal y que el motor esté completamente frío.

El método de verificación es sencillo, sólo debe sacarse la varilla de medición del contenedor del lubricante, limpiarla, volverla a introducir, sacarla nuevamente e identificar si la marca del líquido está dentro del rango señalado por las franjas mínima y máxima.

Si el técnico detecta que el nivel de lubricante es menor al mínimo recomendado, realizará un cambio de aceite, previa verificación de que no exista algún tipo de fuga. Por el contrario, si el nivel sobrepasa el máximo requerido, retirará el sobrante y comprobará si el exceso no produjo alguna avería por presión excesiva en la máquina.

 

2. Refrigerante

Al igual que el aceite de motor, el refrigerante evita que exista un daño grave o un deterioro prematuro en las piezas del motor del vehículo. La función principal de este producto es circular por el sistema interno de la máquina, con el fin de absorber y controlar las temperaturas extremas, que podrían fundir piezas clave como los pistones, o incluso ocasionar una explosión.

Complementariamente, los refrigerantes como el MobilPermazone para motores a gasolina, y MobilDelvac Extended Life 50/50 para motores a Diésel y cuya vida útil de aproximadamente 1’600.000 kilómetros, evitan que el líquido se congele y perturbe el desempeño del vehículo…

Es importante que el refrigerante que se utilice incorpore compuestos que prevengan o posterguen la corrosión, y que presenten una temperatura de ebullición muy alta y una de congelación muy baja. De esa forma, se protegerá de una manera más eficiente la vida útil del motor.

Este líquido, usualmente, debe sustituirse según lo que indique el fabricante. La revisión de los niveles se realiza siguiendo el mismo protocolo que con el aceite lubricante. Si el técnico especializado detecta anomalías, tomará las medidas pertinentes para poder garantizar al usuario un viaje seguro durante su viaje.

 

3. Líquido de frenos

El líquido de frenos, a diferencia del lubricante y refrigerante, suele tener una frecuencia de recambio más larga. Usualmente, la sustitución se realiza cada dos años, sobre todo en territorios húmedos en los que se acelera su deterioro.

Realizar la revisión de este líquido resulta imprescindible para que los circuitos hidráulicos del vehículo reaccionen de manera correcta y no se ponga en riesgo la seguridad de los ocupantes.

Si el nivel no está dentro del rango adecuado, usualmente es una alerta de que las pastillas de los frenos están desgastadas. Esta situación es extremadamente peligrosa, no solo a la hora de viajar en carretera, sino en recorridos urbanos, rutinarios en el auto, por lo cual debe priorizarse el chequeo de este líquido.

 

4. Agua del limpiaparabrisas

Si bien un vehículo no necesita del agua del limpiaparabrisas para poder rodar eficientemente, este elemento sí es vital para la seguridad vial, sobre todo al conducir en condiciones climáticas adversas. Para verificar el nivel del agua, sólo hace falta revisar en el área del motor, al levantar el capot (después de dejar enfriar el motor del carro) e identificar un recipiente plástico que suele tener el diagrama del limpiaparabrisas en la tapa.

En caso de que el nivel de agua sea bajo, puede rellenarse directamente, con la ayuda de un embudo. Este sencillo paso puede evitar contratiempos ‘catastróficos’ en la carretera, especialmente ante el riesgo de que, durante el trayecto, caiga algo sobre el parabrisas que impida tener una visión clara de la vía, y en consecuencia, genere inseguridad para los viajeros.

Cortesía: AUTO Magazine

 

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