Lo qué podemos hacer para mitigar la crisis climática en Ecuador
La crisis climática que enfrenta Ecuador ha alcanzado niveles alarmantes, manifestándose en un colapso energético que ha dejado a miles de ciudadanos sin suministro eléctrico. Recientemente, el embalse de Mazar, crucial para el sector eléctrico del país, alcanzó niveles críticos, lo que provocó cortes de luz por 10 horas diarias a nivel nacional, pues este es esencial, ya que alimenta tres hidroeléctricas, y su descenso por debajo de los 2.115 metros sobre el nivel del mar pone en riesgo el suministro eléctrico.
A este escenario se suma la serie de incendios forestales devastadores que han azotado el país, llevando a Quito a declarar una emergencia en septiembre pasado. Estos incendios, junto con una ola de calor que alcanzó los 35,8 grados en Guayaquil, representan síntomas de un problema mayor, donde el cambio climático, las sequías históricas y las malas prácticas agrícolas juegan un papel crucial. Ecuador también ha registrado su temporada de lluvias más intensa en años, resultando en más de 105.000 personas damnificadas por inundaciones.
El cambio climático en Ecuador y el mundo está exacerbado por acciones humanas que alteran el equilibrio natural. La contaminación generada por el uso de combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, contribuye significativamente al aumento de gases de efecto invernadero.
Esta contaminación no solo afecta la calidad del aire, sino que también intensifica fenómenos climáticos extremos, como sequías e inundaciones. La dependencia de fuentes de energía no renovables es una de las principales causas de la crisis climática, lo que subraya la urgencia de adoptar soluciones sostenibles
Estos eventos extremos no son incidentes aislados; forman parte de una tendencia alarmante que muestra cómo el cambio climático afecta cada vez más la vida cotidiana en Ecuador. Por ello, es necesario implementar proyectos e iniciativas integrales que incluyan el manejo sostenible de cuencas hidrográficas, el monitoreo de glaciares, la restauración de páramos y el fomento de prácticas agrícolas resilientes al clima, además de contribuir con acciones para el cuidado del clima desde el cambio de hábitos de la ciudadanía.
La creciente preferencia de los ecuatorianos por vehículos eléctricos e híbridos se erige como una solución sostenible clave para enfriar nuestro planeta. De enero a mayo de 2024, las ventas de vehículos nuevos en Ecuador experimentaron una caída del 16,83%, mientras que las unidades electrificadas, que incluyen tanto automóviles 100 % eléctricos como híbridos, mostraron un asombroso crecimiento superior al 70% (Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana, CINAE).
En particular, los vehículos 100 % eléctricos crecieron un 71,48% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este auge en la demanda refleja una clara tendencia hacia opciones que minimicen el consumo de gasolina, impulsada por la reciente fluctuación de precios de combustibles.
La elección de estos vehículos no solo responde a una búsqueda de eficiencia económica, sino también a una creciente conciencia ambiental entre los consumidores ecuatorianos, quienes optan por alternativas que contribuyen a la mitigación del cambio climático y a la protección de nuestro planeta.
Para reducir el consumo de energía y evitar daños más graves al planeta se puede optar por el uso de bombillas LED, reciclar y disminuir el uso de plásticos de un solo uso son pasos importantes hacia la sostenibilidad. Además, la transición hacia la movilidad eléctrica se presenta como una solución efectiva. BYD, líder global en movilidad eléctrica, se compromete a enfriar el planeta en 1°C.
La adopción de vehículos eléctricos representa una manera de reducir la huella de carbono y mitigar los efectos de la crisis energética en Ecuador. Al disminuir la dependencia de fuentes de energía no renovables, la sociedad contribuye a un futuro más sostenible y garantiza la protección del entorno para las próximas generaciones.