Las ciudades tienen algo para todos si las creamos entre todos
La población mundial actual es de 7.577’130.400 personas, de las cuales alrededor del 49,7 % son mujeres y el 56 % vive en zonas urbanas. La aritmética arroja por tanto 2.000 millones de mujeres citadinas. Bastantes, ¿verdad?
Sin embargo, las mujeres representan menos del cinco por ciento de los alcaldes y hay extremadamente pocas líderes al frente de los Ministerios de Transporte en el mundo: Paola De Micheli (Italia), Ángela María Orozco Gómez (Colombia) y Gloria Hutt Hesse (Chile), son las mujeres más destacadas de este pequeño grupo minoritario. Aunque hay buenos ejemplos de mujeres notables en el sector transporte, todavía caben en dos estudios de la Iniciativa de Movilidad Urbana Transformadora (TUMI).
No solo a nivel nacional, sino también entre los líderes urbanos, ingenieros o planificadores urbanísticos, las perspectivas y las voces de las mujeres están claramente infrarrepresentadas. Muy a menudo, «la forma del desarrollo urbano excluye a las mujeres», según la Red de Mujeres Alcaldesas.
«En la actualidad, es justo afirmar que no existen procedimientos sistemáticos de inclusión de género en el transporte, ni en lo que respecta a la formación de los profesionales, la participación de los usuarios, o al diseño y planificación de los sistemas, servicios y equipos», afirma la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (UNECE).
Según la Comisión Europea, sólo el 22 % de los trabajadores del transporte en Europa son mujeres, y hay más datos que invitan a la reflexión: El 5 % de los pilotos del mundo son mujeres; las capitanas representan algo menos del 3 % de los capitanes de cruceros de todo el mundo; en Inglaterra, Escocia y Gales, el 6,5 % de los conductores de trenes son mujeres.
En cuanto al transporte por carretera, en Nueva York solo el 1 % de los conductores de taxis amarillos son mujeres. Esta cifra asciende ligeramente al 2 % en los taxis negros de Inglaterra.
Aunque el transporte parece ser un mundo de hombres, lo cierto es que las mujeres utilizan más el transporte público. Por ello, el Departamento de Transporte sueco propuso integrar el análisis de género en la política de transporte sueca y en las prácticas de administración para avanzar hacia el objetivo de crear «un sistema de transporte por carretera con igualdad de género, diseñado para satisfacer las necesidades de transporte tanto de las mujeres como de los hombres».
Las cifras no invitan al optimismo pero podemos encontrar inspiración en la misión y la acción de organizaciones internacionales como WTS, WISTA, Aviadoras o Women In Transport, entre otras, que trabajan por la igualdad de género, la diversidad y el avance tanto de la industria del transporte como de las mujeres profesionales que forman una parte cada vez mayor de ella.
El Transport Gender Lab también está fortaleciendo la perspectiva de género en el transporte a través de la cooperación y las políticas públicas en doce ciudades de América Latina.
En los servicios de ride-hailing, el uso de plataformas digitales e inteligencia para conectar a los propietarios de vehículos con los pasajeros en las ciudades ofrece una importante oportunidad de empleo para conductoras, ingenieras, diseñadoras, investigadoras de usuarios, científicas de datos y todo tipo de profesionales de STEAM y del transporte. Es una industria capaz de mejorar la inclusión en la movilidad urbana a través de la participación de las mujeres en diferentes puestos.
Efectos de la pandemia
La crisis sanitaria también ha impactado en la infrarrepresentación femenina en el sector movilidad. Desde el 2017 en Ecuador, en Cabify veníamos aumentando rápidamente el número de socias conductoras alcanzando un crecimiento de 87% para el 2019. La pandemia generada por la aparición del COVID-19 en el 2020 redujo la participación de mujeres en nuestra comunidad en un 30%.
En Cabify, la representación femenina es más del doble de la media del sector tecnológico. Al impulsar el protagonismo de las mujeres en el sector de la movilidad urbana, así como su acceso a posiciones directivas, la visión integradora de este sector se está haciendo realidad de forma progresiva.
No obstante, aún quedan grandes retos por delante en el mundo de la movilidad. En el caso concreto de esta empresa, solo el 1,5 % de los socios conductores son mujeres, por lo que desde 2019 trabajó junto a IDB Invest para conocer los factores que podrían aumentar las conductoras en las calles.
Como dijo una vez la urbanista Jane Jacobs, «Las ciudades tienen la capacidad de ofrecer algo a todo el mundo… solo cuando son creadas por todos». Dado que el transporte y la movilidad juegan un papel crucial en el desarrollo socialmente sostenible al ampliar el acceso a la sanidad, los servicios educativos y el empleo. Si se quieren ciudades inclusivas también hay que escuchar a las mujeres.
“Para Cabify, trabajar por la inclusión de la mujer en el mercado laboral representa una oportunidad de afianzar su posición como agente de cambio positivo en las comunidades donde opera, buscando un impacto de negocio y social vinculado con su misión y visión”.
Destacados:
- ONU: «Es justo afirmar que no existen procedimientos sistemáticos de inclusión de género en el transporte».
- La representación de las mujeres en el equipo de Cabify supera por más del doble la media del sector tecnológico.