El aire de las ciudades ya no tiene tanta contaminación

Aunque esta situación es temporal a causa de la pandemia mundial, se espera que la humanidad haga algo a posteriori para salvaguardar al planeta. Foto: Damiano Ecuador.

Como es conocido por todos, la llegada del Covid-19, ha generado una gran conmoción social y económica a nivel mundial, sin embargo, esto también ha provocado un respiro ambiental al planeta, y las grandes urbes son las primeras en ver esa gran diferencia.

La disminución de los contaminantes emitidos a la atmosfera es evidente. Los compuestos nocivos para la salud de los seres vivos, como el NO2 o dióxido de nitrógeno ha reducido considerablemente su presencia en el aire y el Distrito Metropolitano de Quito no es la excepción, como consecuencia de la emergencia sanitaria y las medidas restrictivas de circulación emitidas por las autoridades para impedir la propagación del coronavirus.

El Dióxido de nitrógeno (NO29 es el resultado de los procesos de combustión fósil, es decir, de derivados del petróleo, que son principalmente ocasionados por la industria y los vehículos a diésel y gasolina. Por esta razón, es uno de los contaminantes que más se encuentra presente, sobre todo, en las zonas urbanas.

Las mediciones entregadas semanalmente por la Red Metropolitana de Monitoreo Atmosférico, REMMAQ, muestran, de forma clara, que este efecto de disminución se extiende a lo largo de todo el callejón interandino de la ciudad de Quito.

Foto: Damiano Ecuador

Aunque las concentración y dispersión de estos gases nocivos dependen en parte a factores meteorológicos, como la lluvia y el viento, se reporta también que este fenómeno se evidencia en otros países donde se han adoptado medidas similares, como el confinamiento social, la restricción de tránsito vehicular y la reducción de actividades industriales.

Las fluctuaciones a la baja en los valores medidos por las 9 estaciones meteorológicas de la REMMAQ, ubicadas a lo largo del DMQ, desde el inició de la emergencia sanitaria, demuestran que un alto porcentaje de los contaminantes proviene de la combustión de los derivados del petróleo, principalmente diésel y gasolina.

De aquí en adelante, tras este gran impacto global, el mundo entero no volverá a ser el mismo, las condiciones ambientales deberán adaptarse a un nuevo marco vital, donde se debe poner en práctica el uso de alternativas de generación y uso de energías limpias, a través de fuentes renovables y amigables con el ambiente que eliminen en gran medida la producción de gases de efecto invernadero.

Según datos de la ONU, a la contaminación ambiental se le atribuye la muerte de 4,2 millones personas en el mundo, debido a la exposición de la población a pequeñas partículas de contaminantes conocidas como PM2.5, que son una peligrosa mezcla de moléculas sólidas y líquidas de sustancias orgánicas e inorgánicas suspendidas en el aire (de 2.5 micrones o menos de diámetro) que causan enfermedades del corazón, de los pulmones y cancerígenas.

Foto: Damiano Ecuador

Las cifras registradas por la REMMAQ, demuestran cada vez más, que existen claras pruebas de la relación que existe entre la contaminación del aire y el riesgo de padecer enfermedades cardiorrespiratorias, que en la situación actual suelen agravar el cuadro clínico de los enfermos con coronavirus. (Municipio de Quito)

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