La Expedición Cayenne de Porsche entra en reposo
Cartagena es sólo una parada en el camino. Tras 15.035 kilómetros y ocho países recorridos, la Expedición Cayenne de Porsche toma un merecido descanso durante las fiestas de fin de año, antes de afrontar el segundo tramo que la llevará desde Panamá hasta México.
Han sido por el momento 39 días de viaje, unos 385 kilómetros de tránsito diario y muy pocas horas de sueño, para un trabajo que deja ahora el Cayenne S en el puerto de Cartagena esperando a ser embarcado para Colón, en Panamá. Una vez que el SUV alemán desembarque en el istmo irá al Porsche Center Panamá, en Costa del Este, para engalanar la sala ventas durante las fiestas de fin de año. El 12 de enero los pilotos oficiales volverán a encender el motor del auto para arrancar rumbo a David, en el norte de Panamá, y de allí proseguir hacia Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México
El Cayenne S ha superado todas las expectativas de sus organizadores. En su travesía ha debido afrontar climas extremos, desde la gélida nieve en el paso fronterizo entre Bariloche (Argentina) y el Parque Nacional Puyehue (Chile) o en el volcán Chimborazo en Ecuador, hasta el sofocante calor de Encarnación (Paraguay) o Doradal (Colombia). Lo mismo ha hecho en ciudades al nivel del mar, entre ellas Punta del Este (Uruguay), hasta otras a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, por ejemplo, San Pablo de Tiquina, ubicada en el lado boliviano del Lago Titicaca a 3.812 metros de altura.
Y con la capacidad completa de ocupantes, repuestos y herramientas adecuadas para este tipo de viajes, el deportivo alemán ha funcionado en condiciones difíciles y extremas tanto con gasolina que cumple con la norma EU6 como también con otras de muy bajo octanaje (hay que decir que el aditivo Keropur de Porsche ha sido un aliado ideal del motor en estas circunstancias). Las suspensiones han aguantado los difíciles recorridos de algunas carreteras sin pavimento, dunas de arena en desiertos y las infinitas curvas que demanda la Cordillera de los Andes. Allí, por supuesto, también han sido puestos a prueba los 420 caballos de potencia y los 550 Nm de par del motor V6 de 3.6 litros sobrealimentado por dos turbos.
De igual manera, las luces LED han sido de gran utilidad para evitar accidentes y mantener descansados los ojos de los pilotos durante las muchas horas de conducción nocturna a las que han tenido que someterse.
La Expedición Cayenne también ha servido para demostrar lo hermosa y rica que es la geografía de América Latina. Con desiertos, lagos, playas, montañas, nevados, viñedos…
Igualmente, esta aventura ha pasado por lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, entre ellos Arequipa (Perú), Quito (Ecuador), Cartagena (Colombia) y, sitios llenos de misterio y belleza como las Líneas de Nasca (Perú) y el desierto de Atacama (Chile) o por impresionantes obras de ingeniería humana, entre ellas la mayor hidroeléctrica del mundo, la de Itaipú, en la frontera entre Paraguay y Brasil.
En cada país la Expedición Cayenne ha contado con la compañía de grandes amigos. Gran cantidad de periodistas suramericanos han comprobado las cualidades del Cayenne S a través de los ocho países recorridos. En Chile, presenció la fecha final del Cayman GT4 Challenge, la primera competencia monomarca de Porsche en un país latinoamericano de habla hispana. Y en Colombia, tuvo la fortuna de encontrarse con Magnus Walker, el coleccionista de Porsche 911 más reconocido en todo el mundo y quien condujo el SUV en el tramo Bogotá-Medellín.
Con Magnus Walker en el Cerro Monserrate, Bogotá
También hay que resaltar la labor de servicio realizada en los diferentes Porsche Centers de todo el continente, en donde el Cayenee S ha sido revisado. Hasta el momento, un cambio de aceite y pastillas de freno es lo más destacado. La rigurosidad de la carretera ha cobrado tres llantas y dos parabrisas.
Ahora el Cayenne S y la tripulación oficial gozan de 20 días de reposo (aunque embarcar un auto de Colombia a Panamá requiere muchas horas de trámites). El descanso servirá para acumular la energía suficiente que demandarán los tramos por Centroamérica, los cuales sumarán los casi 4.000 kilómetros que le restan a la Expedición antes de llegar a Ciudad de México.
Esta aventura que ha sobrepasado dos hemisferios, ha cruzado la “mitad del mundo” en Ecuador y ha enfrentado vientos, lluvias, nieve y tormentas de arena, es una experiencia difícil e inolvidable, a bordo de un vehículo inigualable.