Manual de supervivencia para dueños primerizos de autos
Comprar un auto por primera vez es una de las experiencias más emocionantes y significativas en la vida de una persona, pues representa independencia, movilidad propia y un nuevo nivel de responsabilidad. Sin embargo, más allá de la emoción de conducir por primera vez, los propietarios primerizos deben enfrentarse a una serie de cuidados y decisiones fundamentales para garantizar que su vehículo funcione de manera segura, eficiente y duradera.
Cuídalo con conocimiento
Mantener el auto en buen estado no sólo es una cuestión de seguridad, sino también una forma de evitar gastos imprevistos, optimizar el rendimiento y preservar el valor del vehículo a largo plazo.
Consciente de esta necesidad, en esta ocasión Augusto Padilla, Gerente de Operaciones de Terpel Ecuador, nos comparte este completo ‘manual de supervivencia’, una guía práctica con recomendaciones esenciales que todo nuevo dueño de auto debería conocer para cuidar su inversión desde el primer kilómetro:
1. Familiarízate con el manual del fabricante
Puede parecer obvio, pero muy pocos nuevos propietarios y conductores leen el manual del auto, pese a que este documento contiene información esencial sobre intervalos de mantenimiento, tipo de aceite recomendado, presión de neumáticos y alertas del tablero, etc. Revisarlo bien, al menos una vez, puede ayudarte a evitar errores y entender mejor cómo funciona tu vehículo y su servicio posventa.
2. Revisa los niveles con frecuencia
Cada dos semanas, dedica unos minutos a verificar el estado general de tu vehículo. Revisa el nivel de aceite del motor, lo ideal es hacerlo con el auto en frío; así como el del refrigerante, del líquido de frenos, lavaparabrisas y la presión de los neumáticos. Estas comprobaciones básicas pueden evitar problemas mayores. “Muchas fallas mecánicas se pueden prevenir con una simple revisión visual. La constancia en estos chequeos puede marcar la diferencia entre un auto en buen estado y uno con daños graves”, recomienda el consultado.
3. No esperes a que algo falle para actuar
El mantenimiento preventivo es más barato que una reparación mayor. Es recomendable hacer una revisión general cada 5.000 km o cada 6 meses, lo que primero ocurra, incluso si el auto parece estar en perfecto estado. Cambios de aceite, filtro de aire y revisión de frenos deben ser parte de tu rutina como conductor.
4. Llena el tanque con anticipación y en lugares confiables
Evita esperar a que se encienda la luz de reserva. Circular con muy poco combustible puede provocar que impurezas del tanque lleguen al motor o que la bomba trabaje forzada. Además, abastecerse en estaciones de servicio que garanticen calidad en sus productos es clave. “Elige siempre combustible limpio, con controles de calidad certificados. Eso protegerá el motor y mejorará el rendimiento del auto”, explica el ejecutivo.
5. Aprende a interpretar el tablero
El tablero del auto es un ‘lenguaje visual’ que no hay que obviar, pues te informa cómo está funcionando el vehículo. Cada luz que se enciende tiene un propósito específico y muchas de ellas advierten sobre posibles fallas mecánicas o eléctricas.
Las más importantes, como la del aceite, la batería, el motor o los frenos, requieren atención inmediata, ya que pueden indicar desde una baja de presión en el sistema hasta un riesgo de daño grave en el motor. No ignores estas señales. Si una luz permanece encendida o parpadea sin motivo aparente, lo más prudente es detenerse de forma segura y acudir a un taller autorizado o técnico de confianza.
6. Cuida cómo manejas
Evita frenazos innecesarios, aceleraciones bruscas o subir bordillos sin precaución. Estos hábitos afectan los frenos, la suspensión y los neumáticos. Un estilo de conducción suave ayuda a prolongar la vida útil del vehículo y mejora el consumo de combustible.
7. Estaciona inteligentemente
Dónde y cómo estacionas tu auto también influye en su estado a largo plazo. Siempre que sea posible, busca un lugar con sombra para evitar que la exposición directa al sol dañe la pintura, reseque los plásticos del interior o deteriore el salpicadero.
Además, evita dejar el vehículo con el volante completamente girado o con el freno de mano excesivamente ajustado durante largos periodos, ya que esto puede generar tensiones innecesarias en la dirección o el sistema de frenos. En superficies planas, y mejor si siempre, es recomendable complementar el freno de mano con una marcha engranada, de preferencia en primera o reversa, según el caso, para mayor seguridad.
8. Documentos y seguridad al día
Nunca salgas sin tu licencia, matrícula, revisión técnica (permiso de circulación), seguro obligatorio (SOAT) y, si es posible, un seguro particular. Además, asegúrate de llevar en el auto las herramientas básicas: uno o dos triángulos de seguridad, extintor, botiquín de primeros auxilios y llanta de emergencia en buen estado.
9. Elige lubricantes adecuados y de calidad
El aceite del motor no solo lubrica, también limpia, enfría y protege sus piezas. Usar un lubricante genérico o vencido puede provocar daños serios. “Utilizar lubricantes de calidad es una inversión en la vida útil del auto. No se trata solo de cambiar el aceite, sino de elegir el adecuado para cada motor y cada estilo de conducción”, destaca el consultado.
10. Rodéate de buenos consejeros
Tener un técnico de confianza, pedir recomendaciones y aprender de otros conductores con más experiencia te ayudará a tomar mejores decisiones. *No todo lo que lees en internet aplica a todos los modelos o condiciones.
Ser dueño de un auto por primera vez puede ser todo un reto, pero con la información adecuada y buenos hábitos de cuidado, también puede convertirse en una experiencia gratificante y libre de sobresaltos. Adoptar estas prácticas marca una gran diferencia en el desempeño y la vida útil del vehículo. Con algo de constancia y atención, cada trayecto se vive con más seguridad, confianza y tranquilidad.
Cortesía: AUTO Magazine