Consejos para reducir los riesgos en el ‘Transporte Escolar’
Ahora que los buses escolares regresan a las vías, tras el retorno a las clases presenciales en el régimen escolar Costa, es fundamental seguir ciertas recomendaciones para garantizar la seguridad de los estudiantes durante su movilización; consejos que también deben ser observados en el resto del país y de forma permanente.
Según estadísticas globales, se desprende que el 90% de los accidentes en este tipo de transporte estudiantil ocurren al subir o bajar los usuarios; por lo que es primordial que conductores, padres y alumnos sigan ciertas medidas preventivas para evitar los frecuentes riesgos en las vías.
Conocer los riesgos que conlleva el uso diario del transporte escolar es esencial para promover una educación vial que debe ser obligatoria para todos los actores sociales y así evitar los accidentes.
Riesgos y errores
En este contexto, te compartimos los riesgos o errores más frecuentes y las medidas para mitigarlos:
Como citamos, estos son los dos momentos más cruciales durante su uso, sobre todo cuando los niños llevan objetos en las manos, ya que esto dificulta su adecuada movilidad, más aún con los más pequeños.
En este sentido, lo obligatorio para evitar su caída o golpes es detener por completo el bus o buseta en la parada o sitio seguro pre establecido, para luego proceder a abrir la puerta para que bajen o suban los estudiantes. También es importante que el tutor designado a cada transporte controle que esto se cumpla y que preste ayuda y supervise la seguridad, sobre todo de los más vulnerables.
Todas las unidades escolares, tienen la obligación de portar en buen estado el disco de ‘PARE’ y de activarlo oportunamente al detenerse en cada parada del trayecto asignado, así como de encender las luces de parqueo con antelación.
Estas señales sirven para que otros conductores identifiquen que el bus va a detenerse y que recogerá o dejará a un estudiante en el punto establecido, lo cual también deben tomar en cuenta (léase saber por obligación) los demás actores viales, para tomar recaudo en sus acciones y dar la prioridad debida al transporte escolar y a sus usuarios.
Para ello, es importante la educación vial a todo nivel, socializar las señales y normas de tránsito con todas las partes interactuantes y con las autoridades encargadas de transporte, así como con los estudiantes para que puedan identificarlas plenamente al momento de acceder a las unidades y sepan también respetarlas en todo momento.
Estas señales cumplen la función de alertar a los otros conductores de vehículos para que reduzcan la velocidad, mantengan la distancia pertinente y/o se detengan, de ser el caso, mientras se realiza el proceso de subida y bajada de usuarios, ya que, además, ciertos estudiantes se aprestarán a cruzar la calle para llegar a su destino.
El uso indebido de los espacios al interior del transporte también genera otro tipo de riesgos. Por ejemplo, no usar el cinturón de seguridad, viajar de pie o sentados de manera incorrecta, ya sea arrodillados y/o de espaldas al asiento posterior, lo que puede ocasionar caídas o golpes peligrosos y prevenibles, en caso de que la unidad frene bruscamente u ocurra un choque.
Por ello, es también fundamental que los estudiantes conozcan y observen las normas básicas de comportamiento dentro de los buses escolares. Los establecimientos también deben incluir códigos de conducta para sus estudiantes y para los responsables del transporte escolar.
Tanto el personal de la unidad como los estudiantes deben estar alertas durante la transportación para evitar accidentes, y deben prestar atención al flujo vehicular al momento de cruzar calles y al viajar dentro de la unidad.
Todo conductor de transporte escolar debe estar calificado para cumplir esta actividad con responsabilidad, y debe ser examinado sobre sus conocimientos y aptitudes, incluso conductuales y morales, para evitar actos delictuosos y accidentes, como los ocurridos recientemente en el país.
Algunos accidentes de estas unidades suelen sucederse al momento de rebasar, de cruzar intersecciones y de tomar calles transversales, por lo que el conductor debe estar capacitado para manejar a la defensiva, observando todas las normas vigentes de tránsito y señalética, para salvaguardar la vida de las personas dentro del transporte y fuera de él.
La seguridad de los estudiantes también depende de las rutas que recorren las unidades. Lo más recomendable es establecer una ruta considerando y evitando al máximo los puntos de riesgos, como paradas en vías de circulación de alta velocidad o muy concurridas, paradas sin accesos peatonales como aceras, pasos cebra o puentes peatonales, iluminación de la parada, entre otros.
Lo ideal siempre será retirar y dejar al estudiante en la puerta de su casa para evitar accidentes u otro tipo de riesgos. La responsabilidad de la empresa prestadora de servicio y de las instituciones educativas es salvaguardar la integridad y la vida de los estudiantes.
Consejos a tomar en cuenta por los padres y los estudiantes
- Caminar, al menos a dos metros de distancia del vehículo.
- Establecer paradas seguras para retirar y dejar a los estudiantes.
- Esperar a que el bus se detenga por completo para subir y salir de la unidad.
- Al bajar, tener precaución con colgantes, ropa y mochilas.
- Al subir, tomar asiento en el lugar y de la forma correcta, siempre abrochándose el cinturón de seguridad.
- Percatarse y exigir, de ser necesario, que el conductor active la señal de PARE, así como las luces de parqueo durale cada detención. (Denuncias: 1800 338 222)
- Acudir a la parada con la antelación debida.
Consejos para los conductores e instituciones
- Revisión técnica permanente de sistemas de frenos.
- Conservación del chasis, suspensión y carrocería en buen estado.
- Inspección diaria de llantas, vidrios, parabrisas y limpiadores, disco de pare y luces (revisión 360° de la unidad)
- Medición o monitoreo de parámetros como, los gases contaminantes, aceite, chequeo de niveles de líquidos, etc.
- Optimo estado de los cinturones de seguridad.
- Establecer rutas de evacuación en caso de accidentes, y dentro de cada unidad debe haber la correspondiente señalización.
- Deben establecerse paradas permanentes en las zonas más seguras, donde no exista mucho tráfico, así como establecer personas responsables encargadas de ruta.
- Botiquín de emergencia y extintores vigentes, conforme a la normativa, jamás deben faltar.
- El conductor debe ser meticuloso con su horario/itinerario diario, para evitar a toda costa las prisas de última hora y los consabidos descuidos y excesos de velocidad.
De igual manera, se debe observar el uso de los distintivos específicos y obligatorios para todo transporte escolar, como pintura y placas específicas, letreros identificatorios, permisos y números de registro a la vista, etc.
Opinión
De acuerdo con nuestro consultado, Bladimir Vásquez, Gerente Nacional de Servicios de Teojama Comercial, “La movilidad segura de los estudiantes depende de varios factores, desde el técnico para garantizar unidades en estado óptimo hasta el normativo, que implica el cumplimiento (obligatorio) de las normas de transporte y señales de tránsito, así como el cultural, que abarca conductas de manejo responsable y eficiente…
La conjugación de estos factores favorecen a reducir los riesgos en el transporte escolar, ya que permite inclusive evitar errores comunes como pararse detrás del autobús o cruzarse sin respetar los tres metros por delante, entre otros”, añade.
“Todas las unidades deben estar pintadas de amarillo y negro, adecuadas con los elementos de seguridad, tal como lo exige el reglamento técnico INEN 041 y el Reglamento de Transporte Escolar e Institucional vigentes. Además, deben tener la frase “ESCOLAR e INSTITUCIONAL” en cada lateral; llevar en la parte posterior y en un lugar visible una inscripción que indique la capacidad de pasajeros de cada unidad, contar con una cartilla con los números de contacto de las autoridades del establecimiento educativo, y exhibir en los parabrisas anteriores, posteriores y puertas laterales, el número del Registro Municipal“, concluye el especialista consultado. (TC/AM)