La década de los autobuses eléctricos

La solución a los problemas de contaminación en los núcleos urbanos pasa también por la electrificación, tanto del transporte privado como del público, pero para ello debe darse la decisión política de implementar estas iniciativas y de legislar seriamente al respecto (Foto Volvo: bus eléctrico en Göteborg-Suecia)

En la Unión Europea y en Norteamérica se está trabajando con mayor empeño para electrificar las flotas de autobuses públicos. Según un estudio de Navigant Research, en la próxima década los autobuses eléctricos serán lo más habitual en las principales ciudades de Europa, de Estados Unidos y Canadá. Los principales motivos de este cambio se deben a las políticas implementadas en favor del transporte eléctrico y a la paulatina reducción del costo de las baterías.

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El Tranvía, tradicional medio público de transporte en Göteborg, en cuyas calles confluyen modelos de varias generaciones

Al estar el sector del transporte público empezando a electrificarse, y si tenemos en cuenta que los autobuses son de los principales vehículos que circulan por los núcleos de las grandes urbes al estar al servicio de las mayorías; esto es un paso significativo y muy importante para el futuro de la automoción y del cuidado del medio ambiente, sobre todo de la calidad del aire en las ciudades y de la contaminación sonora.

Hasta ahora, lo más significativo habían sido las políticas y campañas en favor del uso del transporte público, por sobre el de los vehículos particulares, para así tratar de menguar los cada vez peores congestionamientos. El impacto de la contaminación que ocasiona el transporte público en las ciudades, es menor que el del vehículo privado, en razón de los volúmenes que implican uno y otro. Sin embargo, esto no resta que los autobuses tradicionales contaminen y mucho, sobre todo en países donde las normas industriales y de emisiones para los motores son anticuadas y/o no se observan con la misma rigurosidad que en otros países.

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En Örebro (Suecia) se optó desde hace varios años por utilizar los buses a Biogas, decisión que, sin embargo, no estuvo exenta de controversias, en una ciudad donde la bicicleta es el medio de transporte más popular

Claro está que, la electrificación de los vehículos no puede limitarse solamente al transporte privado. Es por ello que cada vez son más las grandes ciudades que suman a sus flotas autobuses de bajas emisiones o de cero emisiones, como los eléctricos. De esta forma, la industria del autobús está empezando a responder a las preocupaciones ambientales. En los próximos años los autobuses eléctricos serán los más habituales, por sobre los de combustión y de los populares “a biogás”, que en algunos medios, como el de ciertos países nórdicos, había tomado fuerza en los últimos años.

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Los buses híbridos, menos contaminantes, tienen también su espacio en este proceso evolutivo del transporte público

Los gobiernos, como el español, que tanto a nivel local como ocurrió en Madrid con los autobuses eléctricos, así como en el nacional, están implementando leyes al respecto, lo que permite que la entrada al mercado del transporte masivo eléctrico tenga un mayor impacto.

Uno de los problemas a los que se enfrentaba la industria hasta ahora era el elevado costo de la fabricación de las baterías, sin embargo, debido al crecimiento y a la demanda del sector del vehículo eléctrico en los últimos años, su precio está bajando; e incluso se está llegando a comprender que su costo vale la pena ante los beneficios sociales que se pueden alcanzar tanto en materia de salud pública como de cuidado del medio ambiente, siempre que se sepa aplicar procesos adecuados para el tratamiento de los desechos –sobre todo de las baterías- que este nuevo segmento genere. Todo ello permite desarrollar flotas de autobuses eléctricos con costos cada vez más asumibles y viables.

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Al implementar el transporte público eléctrico no solo se reduce la contaminación del aire sino también la contaminación sonora en las urbes, lo que redunda en una mejor calidad de vida para sus habitantes (Foto Volvo Gotemburgo)

En este contexto, el sector espera que para el 2026 la principal propulsión de los autobuses sea ampliamente eléctrica a nivel mundial. Según Navigant Research, el mercado de los autobuses eléctricos pasará de 119.141 unidades en 2016 a 181.055 en 2017.

Si queremos tener un sistema de transporte público que ayude a frenar la contaminación de las ciudades y aporte a una mejor vida para sus habitantes, esabsolutamente necesario electrificar, cuanto antes, las flotas de autobuses, “trolebuses”, tranvías, Metro (como es el caso de nuestro medio), trenes de cercanías, teleféricos y/o “aerocables”, todos ellos como medios eléctricos de transporte masivo.

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De manera paralela, se espera que los cambios también lleguen de tecnologías que no son solamente de cero emisiones, pero sí de bajas emisiones. Se prevé también un aumento de la flota de los autobuses basada en tecnología híbrida e híbrida enchufable para las mismas fechas. Las regiones donde se espera que tengan primero y un mayor impacto con este cambio gradual son la Unión Europea y la de Estados Unidos y Canadá.

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De esta forma, todo parece indicar que en la próxima década asistiremos a la implementación de los autobuses eléctricos en muchas de las principales ciudades del mundo, lo que constituirá un paso más, y muy importante, en la lucha contra la contaminación en los núcleos urbanos. (M.E./A.M.)

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M.G. / AUTO Magazine

Desde 2004. Revista de la Industria Automotriz, deportes, servicios y afines.